lunes, 16 de mayo de 2022

Temporal, de Carmen Leonor Ferro. (Reseña)

 Carmen Virginia Carrillo

 



 

 

Temporal, de Carmen Leonor Ferro recién publicada por LP5editora,  reúne poemas ya publicados  y poemas de sus libros inéditos La caja, El ayunador, Fragmentos del espejo, Cinco noches.

En sus versos, Ferro rememora de las vivencias  migratorias de sus ancestros a tierras americanas, y las suyas hacia los orígenes, Italia. Nos habla de la incertidumbre, las dificultades de adaptación a otra cultura y otra lengua, del intento de preservar la identidad aun cuando las convicciones comienzan a cuestionarse y la identidad se resquebraja. 

 El acercamiento a la palabra se convierte en un ejercicio afectivo, imaginativo y liberador a través del cual el vacío y el desconsuelo ceden paso a la comprensión. El poemario abre con el viaje, que inicialmente surge como un sueño. El trayecto hacia el origen se configura a partir de la imagen de un libro regalado por los abuelos “que describía/ el mar de un pueblo/ pequeño y pobre/ del sur de Italia”. Travesía personal y poética cuyo escenario, “una bruma helada/ cayendo en el mar”, da cuenta de espacios familiares y objetos preciados, la casa, la mesa donde se comparte el alimento. Es el viaje al territorio de la memoria, a las profundidades del ser.  

En los poemas seleccionados de Acróbata, el sueño se representa como espacio de múltiples posibilidades, aterrador y magnífico. A través del sueño, el yo lírico viaja en el tiempo, es a la vez uno y otro, pleno o incompleto:

“y allí no había distancia

entre yo

 – solo, incólume, perfecto –

 y ambos

 – indiferenciados, poderosos, ciegos –”. 

 

Dar saltos, mostrar las habilidades, caminar por la cuerda floja, ejecutar prácticas gimnásticas, podría ser la metáfora de la vida del extranjero, pero ¿acaso no es también la escritura un ejercicio acrobático?  ¿Y la traducción esa cuerda floja sobre la que el traductor se desplaza con precario equilibrio?

La lengua configura y dirige el pensamiento, es determinante en la conformación de la identidad. La lengua materna nos relaciona con lo propio, nos conecta con los orígenes, con la infancia, y constituye la marca a la que siempre retornamos. El encuentro con otro idioma, de distinta sonoridad y tesitura, constituye una experiencia límite. La traducción marca la diferencia entre lo familiar y lo extraño, entre lo propio y lo ajeno.  Y de esto nos habla el yo lírico en los poemas de Subjuntivo.

El oficio no se limita al lenguaje, también las vivencias tenemos que traducirlas cuando decidimos compartirlas con los otros. Así dirá la autora:

 “Como las lenguas

 las historias personales se traducen

 al llevarlas a otros mundos

así tenemos que imaginarlas en claves diferentes

reestructurar el orden de las apariciones

 volver a plantear las etimologías

…”

 

Sin embargo, algo se escapa en la traslación, dejando entrever la dificultad de ser en otra lengua, de ahí la necesidad de “evadir la tarea de traducirlo todo”.   

Reflexión metapoética que establece analogías y diferencias entre las lenguas, la gramática, la poesía y la vida. El poema se convierte en el espacio ideal para pensar las posibilidades y las complejidades de la escritura y la traducción. Conjunción entre teoría y práctica, poesía y poética

En oportunidades, el silencio pareciera imponerse:

“una mudez que no busco

 signa mis encuentros y mi propósito de escribir

 y un vacío que no es inexpresión se impone

 a mi necesidad de ordenar”


Precarios nos habla de vidas anónimas y discontinuidades, de patrimonios perdidos, de la muerte, tema que aparece a lo largo del libro y que ocupa lugar central de La caja. La muerte de la hermana es descrita a partir del profundo vacío que deja la ausente. Las palabras intentan exorcizar el dolor de la pérdida. El silencio de la muerte, que es indecible e inspira temor y angustia, es superado por la palabra que rescata del olvido las memorias más preciadas. Para ello es necesario “imaginarlo todo de nuevo/ devolver la cinta/rehacer los diálogos/rescatar cada imagen del foso”

En El ayunador, los rituales domésticos, particularmente los de la comida, dan cuenta de la dinámica familiar. La rememoración permite reunir fragmentos del pasado en un intento de dar sentido a la existencia. El yo lírico se presenta como “espacio en blanco… intervalo entre formas… molde… ilusión de aparecer”

En La ruptura del espejo reaparecen las temáticas de la muerte y el sueño. Estos poemas, que hablan de los días del confinamiento, “eran días en que el orden suplantaba el deseo/ y contar los pasos que había entre la cocina y el pasillo”, metaforizan el resquebrajamiento del ser recluido en la imagen del espejo roto: “el cúmulo de trizas…. inquietantes agüeros”. 

La antología cierra con seis poemas del libro Cinco noches. A partir de anécdotas compartidas con Giuseppe, un alumno de español, la autora explora la palabra “despecho”, sus sonoridades, significados y diferencias entre el italiano y el español, para, desde ahí, hablar del desapego y del intento de echar raíces:

“me permito aburrirme

            en italiano

            que se convierte en casa

            y se cuela

            en los intersticios y en las enunciaciones

            en lo que no se ve”.

 

               Escritura autobiográfica, nostálgica, que rescata los pequeños espacios donde han quedado inscritos los más importantes recuerdos. Pérdidas, búsquedas, encuentros y desencuentros, añoranzas se van acumulando en este viaje espacial y temporal que recrea imaginariamente la historia familiar.  

Y, sobre todo, la experiencia de la extranjería, el vivir en otra lengua y ser a través de la traducción, condición en la que conviven la realidad y el sueño, la palabra y el silencio, la luz y la oscuridad, y en el medio de todas ellas, la frontera, esa línea, a veces invisible, que las separa.

 

 

domingo, 10 de abril de 2022

En la desnudez de la luz, brevísima antología arbitraria.

 Carmen Virginia Carrillo 

Reseña




En la desnudez de la luz, brevísima antología arbitraria, compilada y editada por  Gladys Medía,  reúne una selección de textos  de  quince poetas venezolanas, nacidas en los años sesenta, que comparten la percepción de la escritura poética como una experiencia   íntima y de autoconocimiento. No solo las une el hecho de ser mujeres, profesionales con destacadas  trayectorias  en distintos ámbitos, en particular el ámbito editorial, sino también una serie de circunstancias que, generacionalmente, les tocó vivir en un país con una crisis política, social  y moral que se ha prolongado por más de veinte años y  ha intensificado la precariedad de la existencia forzando a una diáspora que no cesa.

En la obra de estas destacadas poetas,  encontramos recurrencias temáticas de carácter universal, tales como el dolor, la muerte, la rememoración de la infancia, la casa como espacio de seguridad y cobijo, el viaje y la otredad.

Las descendientes de emigrantes nos hablan de las memorias heredadas de sus ancestros, del desarraigo, la melancolía, el bilingüismo y la transculturalidad , a la vez que  buscan reivindicar el patrimonio cultural de los ancestros a través de la palabra.

Para las escritoras que emigraron, Carmen Leonor Ferro, Geraldine Gutierrez-Wienken, Claudia Sierich, Belen Ojeda, Gina Alessandra Saraceni Carlini, Eleonora Requena la poesía se convierte en el espacio de consuelo.  Lo versos describen las dificultades que conllevan los desplazamientos: el desarraigo, las pérdidas,   pero también la solidaridad. Todo ello como parte de una narrativa autobiográfica que habla de la condición de extranjería e insiste en  la necesidad de preservar la memoria, como parte fundamental de la búsqueda de la identidad.

El exilio no solo ha sido experimentado por las escritoras que se fueron del país, las que han permanecido en Venezuela han padecido una especie de exilio interior  y encuentran refugio en la escritura. La nostalgia por una Venezuela que dejó de existir, las ausencias y añoranzas familiares  están reflejadas en estos poemas que, en oportunidades, funcionan como una forma de  resistencia. Un discurso poético que intenta preservar la identidad para que no se desvanezca en el olvido, que retrata con palabras los espacios habitados, las memorias  fundamentales, que está consciente de la pérdida del espacio de protección, de la patria.

Estamos ante un imaginario poético de amplio espectro, que, por otro lado, se ocupa de reflexionar sobre la lengua,   el oficio de la escritura, y  la traducción. Diálogo de las poetas consigo mismas  y con otros a los que se interpela.

Poéticas novedosas que buscan condensar significativamente los estados emocionales, llegando incluso a la mínima expresión, como es el caso de Wafi Salih con sus poemas brevísimos, y sus haikú.  Prosaísmo, discontinuidades, sugerencias simbólicas, resonancias melódicas, omisión de los signos de puntuación o uso arbitrario de los mismos, el tratamiento del espacio en blanco como elemento significativo, son algunas de las estrategias discursivas que exploran las poetas.

De esta generación de mujeres comprometidas con sus raíces foráneas, y reunidas en esta antología, Sonia Chocrón,  Jaqueline Goldberg y Victoria Benarroch, comparten el origen judío,  identidad religiosa  que define una visión del mundo condicionada por el sufrimiento y la angustia existencial consecuencia del miedo, la indignación y el sufrimiento causado por la infamia vivida por los ancestros.

Kira Kariakin, Wafi Salih, Yoyiana Ahumada Licea, nos hablan de las memorias de sus ancestros emigrantes. Desarraigo, nostalgia, melancolía, bilingüismo y la transculturalidad constituyen  núcleos semánticos fundamentales.

La espiritualidad, el misticismo y la imaginería religiosa están presentes en la obra de Patricia Guzmán, María Antonieta Flores, Carmen Verde.

En los versos de Sonia Chocrón, Carmen Verde y María Antonieta Flores  se desmitifica el rol asignado a la mujer y se propone una subjetividad femenina que registra sensaciones y explora un discurso gozoso ligado a la sensualidad y la atracción erótica. Estamos ante una expresión del erotismo subversivo, liberador que exalta lo orgiástico.

El oficio de traductoras, que muchas de ellas realizan, se complementa con  la reflexión metapoética ofreciéndonos una imagen de una generación, un país, unas circunstancias que a todas atañe y que cada una metaforiza de  manera particular.

Los poemas  reunidos en la antología dan cuenta tanto de las particularidades como de los elementos coincidentes en los trabajos poéticos de sus autoras. La extranjería, el bilingüismo y la transculturalidad constituyen  núcleos semánticos fundamentales, que a su vez tejen tramas dialógicas con consideraciones sobre el ser.  

 La antología se puede descargar de forma gratuita en la página web de LP5 Editora: http://lp5.cl/?p=2963